Lance Armstrong | Deportista del día

No me puedo cegar a una realidad, una imposición legal y a una aceptación manifiesta de culpabilidad o responsabilidad, lo cierto es que el fenómeno que logró ganar 7 veces la carrera ciclista más importante del mundo no se podrá borrar. Sus logros y premios sí se borraron y se le retiraron todos los blasones, aunque prefiero guardar en mi memoria los esfuerzos locos que representaba subir la montaña y el cierre en los esprints para mantener el suéter amarillo de líder en la Tour de France.
Tristemente esta es una historia sin final feliz, aunque como cuando alguien hace falta, prefiero quedarme con los buenos recuerdos, esos que hicieron poner los nervios de punta, esos momentos que la gente estaba al pendiente, etapa tras etapa de la Tour, cuando hasta los que no siguen el ciclismo prendían la televisión para ver esos esfuerzos sobre humanos y sí, al parecer y por las muestras positivas de dopaje, si era un trabajo sobre humano.
Lance Armstrong se sobrepuso a un cáncer de testículo, ahí es donde está su historia de poder, cuando le habían dado 40% de probabilidades de supervivencia y con entrenamiento, disciplina y sobre todo las condiciones naturales que desde niño y en sus primeros años de juventud ya había mostrado.
Armstrong fue acusado repetidamente, hasta que aceptó su consumo sustancias prohibidas, obscureciendo sus logros y fascinantes carreras encima de su bicicleta.
“El dolor es algo temporal, puede durar un minuto, una hora, un día, o un año, pero al final se acabará y otra cosa tomará su lugar. Sin embargo, si me rindo ese dolor será para siempre.”
“Cualquier cosa es posible, te pueden decir que tienes el 90% de probabilidades o el 50% o el 1%, pero tú tienes que creer y tienes que luchar”.
“Me sentía fatal, pero sabía que lo que tomaba y lo que me hacía sentir que me moría me estaba salvando la vida”.
